jueves, 24 de diciembre de 2015

LA AUTORIDAD EN LA ESCUELA.

Hoy en día solemos escuchar con relativa frecuencia, sobre todo de boca de personas mayores, frases como: ¡la escuela ya no es lo que era!, ¡cuando yo iba a la escuela los profesores tenían mayor autoridad!, ¡los profesores de antes explicaban y no se escuchaba a nadie más hablar porque se los respetaba mas!, etc. Podríamos sacar una larga lista de frases como éstas, pero seguramente ya las hemos escuchado todas. 
De esta manera, se ha creado la conciencia de que en el pasado los profesores eran una especie de autoridad muy rígida a la que no podíamos contradecir y si lo hacíamos tenía todo el derecho de castigarnos. Y lo hacía. Los padres defendían a los profesores y apoyaban incondicionalmente sus decisiones y su forma de dar las clases. Pero lo que ocurría realmente, es que toda la educación de los hijos se volcaba en la escuela porque los padres no tenían estudios ni tiempo para educar a sus hijos, pues tenían que trabajar. Por ello, todo lo que hicieran o dijeran los profesores en la escuela les parecía bien, pues "ellos eran los que sabían".



En la actualidad tenemos una situación totalmente contraria. La educación de los hijos se ha repartido entre las familias y los profesores en la escuela. Los padres se involucran más en la educación de sus hijos y por eso, aumentan las tutorías con padres con van a quejarse sobre el trato que reciben sus hijos o incluso, por sus notas. Evidentemente, estas tutorías no son siempre para las quejas sino que también tienen sus cosas buenas. Gracias a ellas los padres pueden recibir información sobre el comportamiento y el rendimiento de sus hijos y ponerse de acuerdo con los padres sobre las mejores técnicas de enseñanza que cada niño necesita. Pero el hecho de que los padres se involucren mas en lo que ocurre en la escuela puede haber sido una causa de que los profesores pierdan parte de esa autoridad que antes tenían.
Aquí llegamos a un conflicto importante: ¿la autoridad se impone o se gana? 
Como ya hemos visto, en el pasado la autoridad de los profesores y el respeto hacia ellos se imponía pero en la actualidad, ¿los profesores deben ganarse el respeto de sus alumnos para tener autoridad en el aula?

Como reflexión propia diría que el concepto de autoridad se suele asociar a aquel profesor que cuando entra en clase consigue que todos los niños se callen por miedo a ser regañados y que nunca recibe una mala contestación por el mismo motivo. Sin embargo, yo pienso que un profesor no debe ser una autoridad a la que los niños teman sino alguien con el que los alumnos puedan interactuar y que empatice con ellos, pues es más fácil enseñar desde una posición más cercana al niño que desde la "lejanía" que te da el hecho de que los niños te teman. 
Así, si el profesor trata con respeto a sus alumnos y consigue acercarse a ellos para que confíen en él, también conseguirá que los niños le respeten, se comporten bien y sobretodo, se interesen por aprender en lugar de preocuparse por los castigos. 

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